Para ese pobre imbécil el mundo se divide en católicos y drogadictos, en buenos y malos, en panistas y comunistas. Que siga creyendo en dios, no importa, mientras él quebranta su investidura con cada día que pasa a este país se lo está llevando la chingada. De todos modos no importa mucho, él lleva una vida alejada de las drogas y el alcohol y cercana al ejercicio. Derechista, fascista, retrógrada, tecnócrata y saludable. Aquel que no tiene vicios no tiene virtudes. Este 5 de julio todos a CU a ver la obra Quesquesé de Mario Alberto Conde. La cita es en las islas, al mediodía. Entrada Libre. JFC
Apuntes de Jesús Francisco Conde de Arriaga