Hoy amanecí encabronado, aunque para ser sinceros llevo muchos días así. En julio y en diciembre siempre es igual: un odio contra todo lo que se mueva me llena las entrañas. A ver, por cuál empiezo, odio a los políticos, a la gente que escupe en la calle, a quien avienta el carro para llegar primero, a los puritanos, a los arribistas, a los mochos, a los ateos, a los patrioteristas, a los malinchistas, a los chauvinistas, a los que son más guapos que yo, a los que son más inteligentes que yo, a los escritores de mi edad, a los jodidos, a la gente que está satisfecha, a los que salen a comprar regalos de navidad con una estúpida sonrisa en la cara, a los que sonríen, a los ricos, a toda esa pinche gente que es feliz, a la infeliz también, a los idiotas, a los ignorantes, a los intelectuales, a todos mis amigos que comparten noches juntos, a la gente que me odia, a la gente que me tiene envidia, a la gente que admiro, a quienes no me dejan irme de una puta vez, a quien quiero, de quien e...
Apuntes de Jesús Francisco Conde de Arriaga