Y me cae que no lo es. Estimados e inexistentes lectores, he de contarles de lo que me aconteció en la la capital del mundo y sucursal del cielo: Guadalajara. El sábado, después de mucho cavilar decidí partir hacia Guanatos, lugar donde la Barranca daría un concierto y al cual estaba invitado. Sí, ya sé que muchos pensarán que estoy medio güey para viajar seis horas nomás para ver a un grupo de rock. Pero gratis, hasta puñaladas, además era la última del año y me gusta viajar, aunque sea un par de días. Eso sí, lo de viajar de seis horas hubiera sido poco más que afortunado, pero el méndigo camión de Primera Plus hizo poco más de 9 horas. Entonces, si yo contaba con llegar a las nueve fue para escuchar a La Barranca, como estaba en la lista de invitados no iba a ser cola ni nada y esa era mi tirada pero... el pinche autobús llegó a las 12 de la madrugada, de ahí en taxi y disfrutar la maravillosa cantidad de... ¡¡¡CUATRO ROLAS!!! Encabronado y divertido, esa mezcla rara que me su...
Apuntes de Jesús Francisco Conde de Arriaga