Ir al contenido principal

NI SIQUIERA ESPUMA

Es difícil pensar que después de una noche en la que la espuma salió sin forzarla, (fue una canción que estará en el disco de Alexíada) hoy me cueste tanto trabajo escribir un correo. Hasta parezco nuevo en estos menesteres. Será que sí lo soy.
Además se están dando todos los nombramientos del gabinete de Fecal y me aterra pensar que Ramírez Acuña (el represor jalisciense que detuvo a 73 globalifóbicos en Guadalajara hace unos meses, y que conste que no comparto en todo su lucha) llegue a la Segob. Si pensé que el modelo impávido y necio de Monseñor Abascal era suficiente ejemplo de fanatismo, el señor Felife me calló la boca al nombrar a este, y discúlpenme todas las meretrices, verdadero hijo de puta.
Si a eso sumamos a la pistolita automática (gracias Gómez Zalce) en la SEP, estamos jodidos. Todos los que han sido nombrados son egresados de tecnológicos y siguen la moda de los Chicago Boys: aprenden a ver la realidad mexicana desde aulas gringas. No me malentiendan, no dudo que la mano de obra que sale de ese tipo de escuelas no esté más o menos calificadas, lo que me espanta es el modelo de líderes (leaders y followers nos dicta el sueño americano) amaestrados y domesticados. En fin, de política no entiendo un carajo así que perdón por hacerles perder su tiempo, inexistentes lectores.
Así las cosas y resulta que me preocupo por temas más urgentes: ¿me quedaré sin trabajo?, ¿podré ir a escuchar la tetralogía de Wagner en su pueblo natal en el 2007?, ¿ganará el Guadalajara el clásico en semifinales?, ¿llevaré este nuevo nombre en los labios por algun tiempo, de manera más o menos afortunada? Y creo que no debí cambiar de desodorante.

JFC

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Causalidades I

Inexistentes y amados lectores, les escribo instalado en mis treinta años por primera vez. El siguiente post lo dedico a contarles de mis festejos. Porque hoy, desde mi oficina en los lares del sur, quiero contarles el proceso que me llevó de una cena con caviar a tener un anillo de casado en mi dedo anular izquierdo. (¿Alguien sabe en qué mano es correcto usar el anillo? Yo me lo puse en la izquierda por puro azar, pero debe haber una norma).    La historia más sencilla de contar es que en una cena de la alta sociedad literaria conocí a una mujer de ojos bellos con quien platiqué un par de horas y compartí el caviar que generosamente algún autor de éxito puso en la mesa de su departamento en la Condesa. Después de un par de botellas de champaña le lancé una invitación con mis ojos seductores a que conociera la alfombra de mi departamento en el centro porque estaba seguro que su blusa azul turquesa haría juego con ella. Al otro día, entre el café de la mañana y el sexo matu...

Causalidades II

Queridos, desocupados e inexistentes lectores, les debía esta entrada que es la segunda parte de la anterior y pues aquí va. Uno de los problemas mayores de escribir cada dos años en este blog es que uno pierde el hilo de las cosas, y en dos años han pasado tantas que los hilos ya son una madeja que se pierde en mi memoria. Así que acabaré la entrada de las causalidades y empezaré --lo juro-- a escribir nuevamente en este blog que empecé en el año 2006. En la entrada de la siguiente semana les contaré de los blogs y los pondré al tanto en mi vida. También prometo actualizar las ligas que tengo en la columna de la derecha, porque muchos de los blogs ya pasaron a mejor vida y creo que ya nadie escribe en blogs, excepto la protagonista de estas causalidades de la que ya les pasaré el vínculo.   Estábamos, entonces, que me dieron la beca de la Fundación para escribir un libro de cuentos. La beca la obtuve gracias a que uno de esos amores juveniles y necesarios imprimió mis hojas y l...

He regresado a esta Ciudad que fue del canto

Queridos e inexistentes lectores, después de tres años de abandonar esta Ciudad que fue del canto, he regresado para, una vez más, prometer ser más constante y publicar ya no mi querido, cursi y azotado diario, sino lo que a mi pluma se le venga en gana. Por ello, primero les comparto una traducción que hice de dos fragmentos de Kurt Vonnegut, tomados del número 17, de junio de 2015, de Casa del tiempo. JFC Dos fragmentos de guerra [*] Kurt Vonnegut La obra de Kurt Vonnegut estuvo marcada por su experiencia en la Segunda Guerra Mundial como soldado de la 106 División de Infantería de los Estados Unidos, y luego como prisionero de guerra —de diciembre de 1944 hasta mayo de 1945— desde donde fue testigo del bombardeo que destruyó Dresde.  Casa del tiempo ofrece dos breves fragmentos de las novelas  Matadero 5  y  Barbazul que se publicaron con casi veinte años de distancia, para dar cuenta de la devastación íntima causada en el autor estadoun...