Una disculpa por tenerlos tan abandonados ilustres e inexistentes lectores, he andado con unas botellas de Jack Daniels entre pecho y espalda y pues saben que es difícil escribir así. Dicho lo anterior les cuento de la presentación del nuevo poemario de mi jefe Fiera urgencia del día.
El día era un buen pretexto, el cumpleaños 56 del poeta y unas ganas de celebrar que no cabían en la casa. Todo emepezó con una buena comidita en un rincón pozolero de la colonia Rockma: el Tixtla, siempre cumplidor en las viandas guerrerenses y hasta pensé que no llegaba al barullo por la indigestión que casi me provoco. El amigo y maestro Adolfo Vergara, siempre puntual, nos abrió el camino. El editor, Mario Alberto Conde, hermano y cófrade y un buen escudero, Agustín Córdova, además de otros amigos acompañaban el preludio de una buena noche.
Íbamos ya entonados al Bar las Hormigas y ahí se dio el agarrón. Amigos, familia, algunos desconocidos, y colados celebraron con nosotros tan esperado día. Los textos de los presentadores estuvieron más que al tiro, José Roberto Cruz abrió apetito con un texto erudito, ligero y honesto, siempre tú querido amigo. Francisco Noyola, mi tocayo y cómplice etílico me asombró con un texto entrañabilísimo y una prosa sin mácula. Y un servidor, bueno, pues qué les puedo decir, sólo que el aplauso que recibí me lleva casi a las lágrimas. Los tres se publicarán pronto, ya les contaré dónde.
De ahí, la fiesta terminó el sábado en la mañana. ¡¡¡Desde el jueves!!! Me dejó con un grato sabor de boca y el poeta, sobra decirlo, muy satisfecho. Gracias a todos los que fueron y a los que no, pues ustedes se lo perdieron.
Un abrazo,
JFC
Comentarios