Mis queridos e inexistentes lectores, les digo que estoy en proceso de mezcla de las canciones del primer demo de Vodeler. No sé todavía a ciencia cierta qué vamos a hacer con él, supongo que nos da una buena idea de cómo suena la banda y puede servir para mostrarla a algunos colegas que pueden ayudarnos a salir del sumo underground. La verdad, no es eso el tema de la entrada de este día, sino cómo a veces los recuerdos se agolpan mientras se trabaja arduamente. Cada una de las canciones que voy a mezclar, excepto Qué bonito era quererte (chingao) que es de nuestro ilustre pianista, las escribí en distintos momentos de mi vida y con peculiares fantasmas en mi spleen. Es decir, ahora que soy algunas cicatrices más mayor, como canta el maestro Auté, las veo a la distancia y sé que en mi primer cuarto de siglo he vivido. Así, sin adjetivos. Pero vamos a comenzar desde el principio. Entre tus tardes. Una rola happypunkerona que le escribí a un dulce demonio de falda negra que me robó noc...
Apuntes de Jesús Francisco Conde de Arriaga