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Mostrando las entradas de junio, 2010

EL AMOR QUE DESTRUYE LO QUE INVENTA

Es la promesa la que nos hace seguir. La que obliga a despertar con la incertidumbre entre los labios y con el ansia recorriendo el dedo índice. La voz ronca de ella al otro lado de la línea leyendo un cuento de Clarice Lispector no es más que la concreción de la promesa. Meses y meses al lado suyo (aunque cada quien estuviera en la parte de la ciudad que le corresponde) son parte de la memoria de otra herida. De todos los besos dados tal vez recordemos dos (en un parque o afuera del metro), alguna caricia en una noche inusitada o un tono melífluo y embriagante repitiendo un código conocido. La certeza de los días se sucede de a poco, a cuenta gotas, con una espera larga recompensada por risas y enojos. El primer encuentro nunca es casual, estamos siempre donde debemos y el azar se desdibuja. La primera conversación por messenger se recuerda tanto como la primera cita. El primer café amargo se diluye en la boca con el primer beso a tu espalda. El último beso siempre es difuso, no se sa