Terminé, señoras y señores, las tres canciones que me surgieron gracias a no sé qué, bueno sí sé por qué, lo que no sé es cómo salieron casi listas. De mis manos a la partitura las notas se iban deslizando como hilo de media, la letras fueron pretexto para rendir tres entrañables homenajes a mis poetas preferidos.
La Canción para Lucifer que les platiqué en la entrada anterior resultó que no fue ni en tono menor y no empecé en cuartas aumentadas ni en acordes místicos, pero sí incluí al maestro Tablada, digamos que él y yo escribimos una baladita rocker.
Lo curioso es que necesitaba decir más que lo que esa canción me lo permitía. Así que tomé el reto de decir tres cosas distintas sobre lo mismo, una especie de tema y variaciones. Y aquí entra el segundo homenaje, las escribí y, pensando en Bonifaz (y con un poco de ayuda de mi padre) las conjunté bajo el título Te lo habrán dicho ya (Tres canciones de amor antiguo) Las otras dos son Canción para una Diva y Canción para una Bailarina; así, junto a Misa Negra (Canción para Lucifer) forman esta enamorada tercia de canciones. Sólo falta que la escuche tanto la diva, como la bailarina y, claro está, Lucifer. La Canción para una Diva lleva un poema breve de mi padre, el tercer homenaje.
En cuanto las registre las subo por acá y me dicen lo que piensan.
Mientras me voy a dormir con una sonrisa en los labios, esas canciones ya se acabaron; ahora espero que salga una más antes de que termine el año.
Así las cosas,
JFC
Comentarios
Luna
...me sigues debiendo las cervezas de mi cumple...
...son acumulativas...
(me refiero al alcohol)