Ahora bien, el deleznable Fernando Gómez Mont (que ha sido defensor de presuntos delincuentes de cuello blanco como Rogelio Montemayor, Tomás Peñaloza y los hermanitos Salinas) es encargado de la Segob, institución que ha pedido a la SRE que investigue la situación migratoria del autor de "Mala vida". Esto, claro está, es con la intención de encontrar un pretexto para correrlo del país, amén del artículo 33 de ese gran libro de ficción que es la Constitución Política Mexicana. Dicho artículo reza así:
ARTICULO 33. SON EXTRANJEROS LOS QUE NO POSEAN LAS CALIDADES DETERMINADAS EN EL ARTICULO 30. TIENEN DERECHO A LAS GARANTIAS QUE OTORGA EL CAPITULO I, TITULO PRIMERO, DE LA PRESENTE CONSTITUCION; PERO EL EJECUTIVO DE LA UNION TENDRA LA FACULTAD EXCLUSIVA DE HACER ABANDONAR EL TERRITORIO NACIONAL, INMEDIATAMENTE Y SIN NECESIDAD DE JUICIO PREVIO, A TODO EXTRANJERO CUYA PERMANENCIA JUZGUE INCONVENIENTE.
LOS EXTRANJEROS NO PODRAN DE NINGUNA MANERA INMISCUIRSE EN LOS ASUNTOS POLITICOS DEL PAIS.
Así, este extranjero no puede ni debe meter las narices ni en Atenco, ni en Chiapas ni en ningún otro lado, constitucionalmente hablando. Hasta ahí, si no estoy de acuerdo, digamos que concedo, sólo para seguir este post.
No obstante la recesión económica que se vive en México, el récord del índice de desempleo que se rompió hace unos días, la ola de muertos que la estúpida lucha de Fecal ha desatado, los altísimos impuestos que la clase media jodida tiene que pagar el siguiente mes y el halo de tristura que se percibe en este país, Gobernación se dedica a investigar a un rockstar francés por hablar de Atenco y por decir algo que muchos en su momento ya han dicho y hasta se ha documentado.
Hace un par de años, cuando el presidente de todos ustedes era candidato, vino el igual de defenestrable Aznar a apoyarlo ciegamente (y por unos 150 mil de dólares). En común tiene a Antonio Solá, que es el "genio" que junto a Dick Morris creó el slogan "López Obrador es un peligro para México" y que trataron de aplicar en El Salvador y en España donde no triunfó la campaña difamatoria. (Aquí sí triunfó gracias a 15 millones de imbéciles que lo creyeron).
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