¿Por qué no vienes a mi oficina en Xochimilco? ¿Por qué no te escapas desde tu norte infinito para comer juntos una pasta? ¿Por qué no la acompañamos con un tinto 2009? ¿Por qué no insistes en quedarte conmigo? ¿Por qué no dejas de esperar mi llamada? ¿Por qué te aferras a mi malsano cariño, viejo, intolerante? ¿Por qué no me acompañas a ver una película? ¿Por qué no me provocas y haces que te arranque la ropa a versos? ¿Por qué no leemos juntos Bajo el volcán en un hotel de Cuernavaca? ¿Por qué no te aprendes la(s) canción(es) que te escribí? ¿Por qué no te vas ya para extrañarte de una vez y para siempre? ¿Por qué no te quedas para planear juntos ese viaje a Barcelona que nunca haremos? ¿Por qué no duermes conmigo? ¿Por qué no despiertas y esperas a que te haga el café? ¿Por qué no tomamos un pan negro con osetra y un espumoso? ¿Por qué no gastamos el dinero que no tengo en zapatos de baile? ¿Por qué no dejas de quererme así, tan a tu modo? ¿Por qué no dejo de quererte, así, tan a tu modo? ¿Por qué no vives conmigo? ¿Por qué no te mueres de una vez? ¿Por qué no me mato en tus ganas? ¿Por qué no dejas tus ganas en mis labios? ¿Por qué no me muerdes otra vez con tu risa? ¿Por qué no me dejas escribir para alguien más? ¿Por qué no me dices que me quieres? ¿Por qué nunca me has dicho nada nuevo? ¿Por qué no puedo decirte nada más? ¿Por qué no quieres que te quiera? ¿Por qué no dejas que te olvide? ¿Por qué no comenzamos por terminar esta locura, Bailarina? ¿Por qué no otra vez la iniciamos? ¿Por qué no?
Queridos, desocupados e inexistentes lectores, les debía esta entrada que es la segunda parte de la anterior y pues aquí va. Uno de los problemas mayores de escribir cada dos años en este blog es que uno pierde el hilo de las cosas, y en dos años han pasado tantas que los hilos ya son una madeja que se pierde en mi memoria. Así que acabaré la entrada de las causalidades y empezaré --lo juro-- a escribir nuevamente en este blog que empecé en el año 2006. En la entrada de la siguiente semana les contaré de los blogs y los pondré al tanto en mi vida. También prometo actualizar las ligas que tengo en la columna de la derecha, porque muchos de los blogs ya pasaron a mejor vida y creo que ya nadie escribe en blogs, excepto la protagonista de estas causalidades de la que ya les pasaré el vínculo. Estábamos, entonces, que me dieron la beca de la Fundación para escribir un libro de cuentos. La beca la obtuve gracias a que uno de esos amores juveniles y necesarios imprimió mis hojas y las l
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